1. ¿Qué le propone Fluxus al arte?
2. ¿Qué nos propone como espectadores?
3. ¿Y cómo artistas?
Fluxus propone demoler las formas de arte establecidas, con sus valores autónomos, negando el mercado del arte, la noción de un gran creador individual, el objeto de arte como artículo cosificado, y las rígidas fronteras tradicionales entre disciplinas artísticas. Rechaza el privilegio concedido al sentido profundo del arte y la interpretación erudita. Fluxus - como nueva actitud, modo de vida, forma y principio de trabajo -, irrumpe como una bocanada de aire fresco, que va a ensanchar, en todas las formas posibles, las fronteras del arte, a las que denunciaban como opresivas y limitadoras. El fenómeno Fluxus va a afirmar la intensa presencia de acciones intermedia, las acciones sencillas y habituales de la vida cotidiana y su relación inherente con el arte; y va a proponer un arte-diversión: simple, divertido, no pretencioso, que no requiera habilidades o ensayos interminables, y que no tenga valor institucional ni como mercancía, en contra de la sublime seriedad de la alta cultura moderna.
La irrupción de Fluxus va a suponer un sacudón al rol tradicional del espectador. Su accionar auspiciaba la participación activa de los espectadores. Postulaban que todo el mundo puede ser artista, eliminando así las jerarquías entre artista y público, permitiendo a este ocupar el rol de aquel, en un intercambio fluido.
Como artistas, el espíritu Fluxus, nos impulsa, sobretodo, a buscar más allá de los limites fijados, y repensar los esquemas establecidos. Es muy interesante cómo estos artistas, a la hora de crear, no se limitaron a partir de los medios artísticos conocidos, sino que buscaron aquello que fuera necesario para su producción; y en esa búsqueda se metieron en los espacios intermedios del arte e incluso se propusieron inventar nuevos medios cuando era necesario.
4. ¿Existe Fluxus sin paradoja?
En sus producciones, los artistas Fluxus trabajan en el límite entre el arte y su negación. Pero ya desde esta afirmación se hace presente la paradoja. Fluxus pretendía liberar al arte de la noción de artista individual, y romper con la jerarquía artista-espectador; sin embargo, sus acciones necesitaban del artista como intermediario para ponerlas en escena y representarlo. A su vez, el espacio que explora Fluxus entre los diversos lenguajes sólo es significativo en la medida en que las fronteras existentes o anteriormente dominantes sean aún respetadas o por lo menos conocidas. Por este motivo, si bien querían acabar con el ARTE, Fluxus tenía su propia lógica inherente que no permitía la abolición final del arte.
5. Recorrido Sonoro
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